De mal en peor.
Atlético de Rafaela jugaba el partido del año ante Unión, el sábado en el “Monumental”, pero entró en el cono de sombras acostumbrado y recibió otro duro golpe por el campeonato de Primera División.
El elenco de Astrada ganaba 2 a 0 a Unión con todo lo que uno le puede pedir a un equipo: toque, rotación, aceleración, seguridad defensiva y gol. Es decir, una versión inédita de este plantel, que nos había entregado hasta aquí versiones mediocres.
Con Serrano como bastonero, con los goles de Graciani y Ferreyra dándole la derecha al DT al proponerlos como volantes profundos y una primera línea sin fisuras, la “Crema” borró a un “Tate” que vino a Alberdi pensando en Colón (a quien recibirá el domingo). Para mejorar aún el panorama Villa se hizo expulsar promediando la etapa inicial. Preveíamos una goleada…
Pero con el complemento volvieron los fantasmas, De Iriondo se cargó a Serrano y Bastía juntos, la movilidad de los volantes pasó a ser petrificación, los delanteros siguieron siendo irresolutos y atrás comenzaron a generarse las grietas tradicionales.
Riaño descontó (en off side), García Guerreño empató (con la ayuda de su brazo para sacarle la pelota a De Giorgi) y Rivas de penal puso el 3 a 2 para Unión. Todo sin siquiera protestas del local, excepto las del arquero tras la igualdad. Atlético no tuvo ímpetu, energía, rebeldía ni para manifestarse ante el Loustau errático del segundo tiempo.
Sobre el final otro penal, producto de la impericia de Barboza, que terminó con De Giorgi expulsado. Bastía se puso el buzo y le atajó el remate a Riaño, sólo para la mueca, un dato accesorio de este mundo surrealista en el que vive Atlético.
La “Crema” perdió con un Unión que ni siquiera se planteó este partido. Su DT Madelón cuidó jugadores antes y durante del cotejo pensando en Colón y así y todo lo pudo dar vuelta. Toda una definición del momento y del año de Atlético.